miércoles, 4 de julio de 2012

un tal Julio Cortázar...


Todo vino siempre de la noche, background inescapable,
madre de mis criaturas diurnas. Mi solo psicoanálisis posible
debería cumplirse en la oscuridad, entre las dos y las cuatro
de la madrugada -hora impensable para los especialistas.
Pero yo sí, yo puedo hacerlo a mediodía y exorcizar a pleno
sollos íncubos, de la única manera eficaz: diciéndolos.

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