Instrucciones para besarse

Primero: salir de la burbuja propia, quitarse la escafandra que es miedo y falta de osadía. Avanzar comiendo parte de la atmósfera ajena, masticando el aire que al otro le sobra, entrando a las capas de aire que lo mantienen vivo. Cuidado! no se maree con el perfume del contrincante ni se embruje con el chispazo de una mirada. Avance firme, decidido , saboreando con certeza a borbotones el aura que envuelve al futuro besado.
Segundo: anímese al cara a cara. Abra los ojos, póngase bizco, juegue a ser imanes, a mirarse adentro, a atraerse con todo el cuerpo, a empujarse por la sangre hirviendo, juegue a besar, no se lo tome tan en serio, se sale vivo... y algunas veces enamorado... que es como morir o resucitar duplicado sin poder dominar la otra mitad.
Tercero: afirmese a esa pared de labios, de dudas, de sorpresas, afirmese con los labios como ventosas, sea pez, sea sopapa, sea olas, envuelva, entregue algo de lo que usted es con ese código de bocas en silencio.
Cuarto: repita el tercer paso mientras le queden ganas/ cosas por dar en este idioma que se inventa/ páramos sin sus huellas en ese mapa que tiene enfrente.
Quinto: ahora si, el momento de la verdad, develar que pasa, que cambió, cuantos sismos internos tuvo cada uno, cuantas torres de cosas derrumbó la embestida. Hay una sola certeza: no hay certeza alguna. Nada tiene que ser igual o todo puede ser lo mismo, su empeño se pone en acción, pero también hay recuerdos, sentimientos y latidos haciendo trabajo sucio, abrazando las tripas del otro, ahogándolo, atrapándolo... y ahí depende... hay quienes esperan que los cautive un beso imprevisto, improvisado, sin cálculos matemáticos, sin velas y bombones... hay quienes le  ponen precio y lo negocian, hacen álgebra con los besos, presupuestos de besos, liquidaciones de besos... usted sabrá automáticamente con quien se metió.

NOTA AL PIE: Beso perfecto, beso isla: en el medio de una turbulencia loca que agita barcos y los revolea al aire, que asusta los animales que viven en lo mas profundo, que agita y tira lenguas de agua a los cuatro vientos, que mueve de cuajo los caudales mansos, en el medio del caos, la tormenta, la confusión, las burbujitas de adrenalina... en el medio llega el beso isla, y te pone los pies firmes, hundidos en la arena, frescos, quietos, calmos, y detiene el mareo, y te da ilusión de oasis... ese beso inolvidable después del naufragio es indeleble.

Toma 2

Intentar un segudo capítulo, yo, experta en segundas partes, en fracaso y chapoteo que me sale muy bien 10.
Pero la constancia... la constancia, la rutina y ese volver y revolver, y verse otra vez, reciclarse, re-engañarse, retornarse, poner marcha atrás en todos los caminos, con la ilusión de horizonte.
Atando todos los kilómetros de las vueltas que nos dimos le damos la vuelta al mundo, vuelta y vuelta a las premoniciones. Nadie sabe mejor que nosotros, nadie sabe de nosotros, nadie sabe nada del amor ajeno, del dolor ajeno, de la corona de las espinas mías. Nadie sabe que pienso (afortunadamente)... yo tampoco.

Algunas veces se siente como ganas, como adrenalina que hierve y hace globitos y explota y chirridos y burbujitas de ganas, efervescencia, escencia. Y yo, con ese cosmos en las tripas, y la tapa de la olla, un cerebro frío, que quiere calcular y se desmaya de un garrotazo de amor, de un golpe de soledad, y se duerme, y se despierta cabalgando en la locura de pasiones a las que no se anima, piensa temor, siente olores, ojos y días que no imaginó...  y soy yo, con mi realidad comiéndose a pedazos los bocados de ficción, y se le salen por los poros mil estrellas, entre sonrisas y atracones de galaxias.

Son casi las seis post merídiem, recorro el escritorio, el cuarto, el paisaje mas allá del vidrio sucio, el reflejo del sol que se mete por la ventana y me achina los ojos… oigo silbar la pava, zumbar los autos, teclear las teclas. La música en pausa, Miles Davis con anteojos gigantes, en vivo en Montreaux, trompeteando sonidos incoherentes, atados por un viaje astral difícil de comprender tan temprano, tan sobrio.

Hojeo unos libros, me limo las uñas, preparo el mate con la paz del ocio total. Una frase en latín dispara como maldición la respuesta que buscaba para quienes se apresuran a meterme en cajones, en moldes, en formularios y catálogos… no comulgo…  “Honi soit qui mal y pense”, vergüenza, mal, que les caiga el merecido.

Como todas las tardes me anudo un objetivo imposible… de vez en cuando es no amarte, o amarte menos, dejarte, hacerte sufrir, escucharte rogar, mover algo adentro de tu cuerpo, ese cuerpo lleno de piel y engranajes y contradicciones y recuerdos… otras veces es escribir, escribirte, describirme, escribirme nueva, como análisis, como recopilación o como huella. Hoy es ser, entre tanta bomba, mercado, calor, odio, photoshop y destiempo: SER. Cortito y al pie, imposible como todos.